El peor enemigo de tu perro: Cujo, su otro yo

Seguro que has visto la película de Cujo, o has leído el libro, o al menos has oído hablar del aterrador perro.
Muchas personas empezaron a tener miedo a los perros después de Cujo: es un animal tan grande y tan peligroso, y lo que es más importante, agresivo.
Pero relájate, querido amigo. Los perros no se vuelven agresivos así como así. ¡Faltaría más!
Si tu fiel mascota está mostrando algunos comportamientos que parecen sospechosos... Tranquilo, no se está transformando en un monstruito.
Pero te recomiendo fervientemente que lo atajes cuanto antes. Y por atajar no me refiero a nada drástico... Si no a disciplinarlo.
Y con disciplinarlo no me refiero a atarlo en el jardín o en la azotea ni en golpearlo ni gritarle. ¡Válgame Dios! ¿Puedes imaginar lo que se siente cuando alguien a quien quieres por encima de todo te golpea, te encierra y te grita, y tú no sabes por qué? Así es como se siente un perro cuando pasan estas cosas.
No, no. Verás, si tu perro muestra un comportamiento que parece agresivo, si gruñe cuando te acercas a su comida, muestra los dientes a los desconocidos o intenta morderte si lo tocas, necesita disciplina, y rápido.
No quieres deshacerte de él. No quieres tenerle miedo. Quieres que sea el compañero ideal que siempre quisiste, y que tal vez ha sido hasta ahora.
No te apures: no es difícil. La disciplina es una constante en los perros; sin ella se vuelven erráticos e impredecibles, y naturalmente no es lo que necesitas.
Créeme, la disciplina no le hace daño a nadie. La disciplina implica unas recompensas, muy poco tiempo, y regularidad.
Si estás dispuesto a pasar tiempo con tu perro y enseñarle a ser menos agresivo y más obediente, ten por seguro que mi pequeño libro contra la agresividad canina te será muy útil: