Muerte de soldado en Fort Hood aviva preocupaciones sobre maltrato en la base militar de Texas
Una nueva muerte en la base militar Fort Hood, en Texas, ha levantado sospechas de maltrato en sus instalaciones. El Ejército de Estados Unidos ha confirmado que investiga el fallecimiento de la soldado Ana Basaldua Ruiz, de 21 años, ocurrido el pasado lunes. Su nombre se suma a una larga lista negra de suicidios y homicidios registrados en los últimos años en la base ubicada al suroeste de Dallas, la más conocida de ellos es el de Vanessa Guillén, quien fue acosada durante meses sin que nadie tomara medidas.
El padre de la soldado, originario de Michoacán (México) y quien vive en California, ha declarado a la prensa latina en Estados Unidos que su hija no estaba contenta y que su vida "estaba mal”. Baldo Basaldua ha asegurado que su hija "se quería morir” y ha insinuado que un superior la acosaba. La madre de la soldada ha dicho que su hija recibía invitaciones sexuales de otras personas dentro de Fort Hood. Las autoridades de la base han descartado que existan indicios de que se trate de otro homicidio, como el de Guillén, pero investigan los hechos.
Un panel independiente concluyó en el pasado que en la base se vivía un ambiente "permisivo con el acoso y la agresión sexual”. El informe se basó en el testimonio de 507 mujeres. Fueron hallados 93 testimonios de supuestos delitos sexuales, pero solo habían sido denunciados 59. En materia de acoso, fueron 135 casos creíbles. Solo 72 reportes fueron llevados a las autoridades. En el último lustro, el Departamento de Investigación Criminal de la Armada (CID) ha abierto pesquisas por 50 suicidios y once asesinatos en la base militar.
La muerte de Basaldua, quien llevaba 15 meses de servicio como ingeniera de combate, ha dejado a su familia con muchas preguntas. Los padres de la soldado, quienes están separados, se han quejado en diferentes entrevistas de la falta de información por parte de las autoridades militares. La muerte de la soldada Basaldua oscurece aún más la reputación de Fort Hood, que tiene una tasa de delitos sexuales 75% mayor al promedio en otras instalaciones del Ejército y registró el año pasado la segunda incidencia más alta de suicidios.